El Puente Chacao ha sido un proyecto lleno de cuestionamientos y la consulta indígena no se queda atrás. Al borde de la legalidad, en 2013, se realizó un proceso con tres comunidades que no dejó contento a los pueblos originarios de Chiloé.
Desde septiembre de 2009, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) forma parte de la legislación chilena. Este convenio, sobre pueblos indígenas y tribales, señala que el Estado debe realizar una consulta indígena obligatoria a los pueblos originarios, que considere las instituciones representativas de estos, para que puedan participar libremente cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente.
También, en los artículos del convenio, se menciona que el gobierno deberá asumir la responsabilidad de promover la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos afectados, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones, y sus instituciones. Además, los pueblos originarios tienen derecho a decidir sus propias prioridades respecto de su proceso de desarrollo, en la medida en que este afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual.
Sin embargo, es importante aclarar que la Consulta Indígena no tiene como objetivo darles a las comunidades el poder de decidir si los proyectos se realizan o no. La finalidad de estos procesos es presentar el proyecto a las comunidades afectadas, recoger sus dudas e inquietudes y desarrollar cambios que satisfagan los problemas planteados por los pueblos originarios.
El Puente Chacao
El momento del anuncio del Puente Chacao (Sebastián Piñera, 2012)
Desde que se anunció la construcción del puente, en 2012, se estableció en la isla el rumor sobre la no realización de la Consulta Indígena en el proyecto. Sin embargo, la consulta sí se realizó, pero no de la forma que a la mayoría de los chilotes le hubiera gustado o esperaba. En el caso del Puente Chacao, se hizo exclusivamente con las comunidades cercanas a los trabajos del puente, quienes se verían directamente afectados por el paso de maquinarias, materiales y la construcción misma.
Las comunidades indígenas Pepiukelén, Quechalén Aitué y Estero Chacao, fueron las únicas consideradas por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para el Proceso de Consulta Indígena. Sin embargo, en el informe final del proceso, presentado por el MOP en 2014, se puede apreciar que el objetivo fue presentar e informar el proyecto y, a pesar de algunas inquietudes que plantearon las comunidades, el puente se realizaría de cualquier manera.
De las tres comunidades consideradas, Estero Chacao, es la única ubicada en Chiloé, lo que hace inevitable cuestionar la real validez de la Consulta Indígena. Sobretodo si consideramos que, con datos de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), la Provincia de Chiloé tenía 118 comunidades inscritas al momento de iniciar la Consulta. Sin embargo, Pedro Andrade, gobernador de Chiloé, considera que al resto de la isla, el puente “no les afectará en nada, solo ayuda a que el tráfico sea más rápido” y por eso “se tomaron las opiniones de la gente que realmente se puede ver afectada por esta megaobra”.
De las dos comunidades restantes, ambas ubicadas en Pargua, la Comunidad Indígena (C.I.) Pepiukelén no quiso participar del proceso, demostrando una desconfianza hacia el MOP. Manuel Vera Millaquén, presidente de la comunidad, argumentó que en nuestro país las consultas indígenas “son un mecanismo que no asegura la real valoración y/o consideración de las prioridades de las comunidades afectadas”.
¿Es la consulta indígena válida y representativa?
En el informe final de Evaluación Social del proyecto, publicado por el MOP en 2012, se menciona que el Puente Chacao “no solo permitirá mejorar la calidad de vida de los habitantes de la isla (…) sino que también tendrá una incidencia directa en la interacción con el resto del territorio“. Entonces, si el mismo MOP considera que el proyecto tendrá un impacto en toda la isla ¿podemos considerar válido el proceso de consulta realizado?
Legalmente, es válido. Es la propia empresa la que hace un estudio previo y determina cuáles son los posibles impactos y su ámbito de injerencia. “En el caso de la Consulta Indígena esto es mucho más visible. Porque hay, también, elementos espirituales en juego y eso muchas veces no se incorpora”, menciona Sebastián Henríquez, abogado de la Universidad de Concepción, y del Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH).
Socialmente, según las opiniones brindadas para este reportaje, no es válido ni representativo. Para la C.I. Fundo Yaldad Mon Fen, de Quellón, el proceso no tiene validez ni es representativo, ya que no fueron consideradas todas la comunidades chilotas y el puente los afecta directamente, generando una alteración espiritual. Cristian Chiguay, Lonko de la comunidad, argumenta que al anexar la isla con el continente “alteras la forma de los espíritus que habitan en el territorio, quienes cuidan y protegen a nuestros recursos naturales y nosotros mismos”.
En diciembre de 2013, la comunidad pensó en presentar un recurso de amparo para suspender el Proyecto Puente Chacao. Basándose en el Convenio 169, exigían invalidar la Consulta. No obstante, luego de asesorarse, comentarlo con los integrantes de la comunidad y ver la reacción del gobierno, decidieron no hacerlo. “Después, si no te acogen el recurso, es como darle más legalidad a lo que se esta haciendo”, comenta el Lonko Cristian Chiguay.
¿Qué pasa con el Convenio 169? “En general los tratados internacionales son obligatorios, pero su aplicación depende de las instituciones chilenas. Eso es lo que defienden los sectores vinculados a empresarios y su expresión política”, manifiesta Sebastián Henríquez.
Las comunidades indígenas que no fueron parte de la Consulta, representaban, en 2013, el 99,2% del registro de la CONADI en la Provincia de Chiloé. Para Pía Santibáñez, antropóloga de la Universidad Austral, y del CESCH, esta cifra demuestra que prácticamente no hubo una consulta, "porque el grupo que entrevistaron es muy menor y no vienen a conectar Pargua con Chacao, vienen a conectar el archipiélago con el continente. Las más de 40 islas y la isla grande, tenemos opinión de lo que significa una megaobra como esta".